El pasado jueves, 5 de noviembre, celebrábamos con gozo el rito del lectorado y acolitado de nuestro hermano David Álvarez. Vivimos un momento de gran alegría, pues es un paso que en el caminar de esta comunidad se va dando en los últimos cursos de formación como futuros presbíteros.

La Iglesia le confía la misión de proclamar la Palabra de Dios, por medio del ministerio del lectorado, en las celebraciones litúrgicas, y de esta forma, educar en la fe y anunciar la buena nueva de la salvación a todos los hombres, siendo el candidato el primero en vivir la palabra proclamada. Y por medio del ministerio del acolitado tiene la misión de ayudar a los presbíteros y diáconos en su ministerio, y distribuir como ministro extraordinario, la Sagrada Comunión a los fieles, incluso llevarla a los enfermos. Vivirá con mayor intensidad el sacrificio del Señor y procurará identificarse más plenamente con él.

La celebración tuvo lugar en la capilla de San José, presidida por nuestro arzobispo Fray Jesús junto al equipo formativo, a las 19h. Ante este paso que David da en su camino vocacional, y la tarea que la Iglesia le confía con estos ministerios, pedimos al Señor con fuerza la bendición que se le impartía al recibir el ministerio del lectorado: “concédele que, al meditar asiduamente tu palabra, se sienta penetrado y transformado por ella y sepa anunciarla, con toda fidelidad, a sus hermanos” y en el ministerio del acolitado “lo haga asiduo en el servicio del altar, para que distribuyendo con fidelidad el pan de vida a sus hermanos, y creciendo siempre en la fe y en la caridad, contribuya a la edificación de tu Iglesia”.

Debido a las restricciones por la pandemia, fue un acto privado y retransmitido por la plataforma de YouTube, así pudieron acompañarle sus familiares y amigos. Ante este momento importante para David y la comunidad del Seminario, pedimos al Señor que siga suscitando en nuestra diócesis vocaciones sacerdotales y agradecemos a todos aquellos que rezáis sin cesar por esta casa donde nos formamos, vuestras oraciones nos sostienen.