27 Jul 2024

Preparándonos para la venida del Señor

El Adviento nos prepara para la Navidad

El pasado domingo, 27 de noviembre, comenzábamos el tiempo de Adviento inaugurando un nuevo año litúrgico. La Navidad, como toda gran celebración cristiana, necesita un tiempo de preparación interior, que vivimos precisamente en el Adviento. Por eso, como cada año, cuatro semanas antes de la fiesta del nacimiento del Señor, comienza este tiempo fuerte (llamado así, al igual que la Cuaresma, por ser un tiempo especialmente propicio para acercar más nuestras vidas a Dios), en el que, por medio de la oración y de la revisión de vida, nos iremos disponiendo, poco a poco, para el encuentro con Jesús en la celebración ya próxima de la Navidad.

El Adviento es un tiempo de espera y de esperanza. Tiempo de espera, porque nos aproximamos ya a la fiesta del nacimiento del Señor, como representan las cuatro velas de la corona de Adviento, que vamos encendiendo a lo largo de estos cuatro domingos. Esta espera de la Navidad nos recuerda cómo el Pueblo de Israel esperó durante largo tiempo la venida del Mesías, de Jesús, y nos ayuda a vivir agradecidos por todo lo que hace por nosotros. Pero en este tiempo de Adviento, la Iglesia nos recuerda también que Jesús resucitado sigue presente en medio de nuestro mundo, y viene a nuestro encuentro en cada persona y en cada acontecimiento. Hemos de estar atentos, para saber reconocerle en medio de nuestra vida, especialmente en los sacramentos, y en nuestros hermanos más necesitados. Por último, el Adviento es un tiempo de esperanza, porque nos recuerda que, al final de la historia, Jesucristo vendrá para instaurar plenamente el Reino de Dios. Esto nos compromete a trabajar con confianza en la construcción de un mundo más justo, según el Evangelio, que nos enseña que “el Reino de Dios está en medio de vosotros” (Lc 17,21). Los cristianos vivimos comprometidos con el mundo, procurando, a través de nuestras vidas, construir el Reino de Dios, pero lo hacemos con la esperanza de encontrarnos definitivamente con Él al final de la vida.

Como en cualquier comunidad cristiana, en el Seminario se vive el Adviento de un modo especial. Hemos comenzado, como cada año, con un día de retiro (este año, al estar unidos al seminario de Santander, hemos tenido nuestro retiro en el Monasterio de Viaceli, en Cóbreces). Ese día de oración nos permite parar un momento el ritmo de nuestras vidas y hacer silencio para encontrarnos con Dios y descubrir, a la luz de su Palabra, que nos pide para este Adviento. Por otra parte, en la capilla de la comunidad ya luce la primera vela de la corona de Adviento, anunciándonos que estamos ya en camino hacia la fiesta del nacimiento de Jesús. A lo largo de las próximas cuatro semanas, viviremos este tiempo fuerte en comunidad, con más momentos de oración en común, y colaborando entre nosotros para prepararnos, interior y exteriormente (ya hay un equipo preparando el Belén) para la Navidad.

Desde el seminario os deseamos un feliz Adviento, que nos disponga para recibir con sencillez a Jesús, Dios hecho hombre, la próxima Navidad.

D. Jesús del Riego Ruiz
Diácono adscrito a las Unidades Pastorales de Laviana y Redes